Galáctico Cancellara
Fabián Cancellara pertenece a otra galaxia, la del
pavés.. Es su habitat natural, un territorio que controla como nadie y
domina como ninguno. Hoy ha dado otra exhibición histórica y ha ganado
el Tour de Flandes con una diferencia sideral, como lo hace cada vez que
rinde al cien por cien. Como en el G.P. Harelbeke de hace una semana,
como en la anterior De Ronde que ganó, las dos París-Roubaix, los
Campeonatos del Mundo o otras muchas carreras que brillan en su gran
palmarés.
Su victoria no merece ninguna sombra y por ello decir que Sagan no ha ganado la carrera por los relevos que le ha dado a Cancellara me parece un insulto a su superioridad. Cancellara hoy era insuperable. Así de sencillo. Me gustaría que algún fisiólogo o los ingenieros de SRM que todo lo miden, midieran el cansancio que ha acumulado Sagan por los relevos que ha dado a Cancellara, que cuantificarán ese porcentaje que ha dejado de recuperar y lo compararan con la diferencia que ha sacado el suizo al eslovaco en 13 kilómetros. Creo que la superioridad de Cancellara ha sido infinita. Yo he hecho un ejercicio más sencillo. Según se ha visto en la televisión Sagan sólo ha dado cuatro relevos en los cuatro kilómetros que hay entre el Oude Kwaremont y el Paterberg, el nuevo Muur de la carrera. Cuatro, y todos ellos en terreno favorable. Además, hay una gran diferencia entre dar relevos y pasar en cabeza. Se ve claramente que todo el peso de la escapada ha ido a cargo del suizo, y Sagan no ha estado ni en intensidad ni en distancia a la altura de su contrincante, cosa lógica por otra parte. En cambio, Cancellara ha sacado nada más y nada menos que un minuto y 27 segundos en 13 kilómetros, o sea, casi siete segundos por kilómetro. Una barbaridad, vamos. No cuatro, hubiera necesitado cuarenta kilómetros de ir a rueda para ponerse a su altura.
Al margen del estudio meramente fisiológico del desarrollo de la carrera, también está el análisis moral. Estoy de acuerdo en que desde el punto de vista estrictamente profesional Sagan no tenía que haber dado relevos a Cancellara para así intentar equilibrar las fuerzas, ha sido un error. Pero desde un punto de vista más moral o romántico de lo que suponen estas carreras, es obligación de todos colaborar en la empresa común. Lo hacen prácticamente todos, y el último ejemplo se vio el domingo pasado en la Gante-Wevelgem. Todo el mundo sabía que Sagan era el más rápido, pero todos entraban a los relevos. Creo que de ganar esas carreras hay que hacerlo a lo grande, como se merecen su historia y los aficionados. No concibo ganar un monumento por racanería. Se lo oí a un comentarista de una cadena internacional “dar relevos es de campeones”. Estoy de acuerdo. No quizá tirar a bloque, pero tampoco vivir a cuenta de otros. Prefiero perder con dignidad, a ganar por tacañería. Recuerdo una victoria de Ángel José Sarrapio en el Tour de Francia de 1986 en la que se aprovechó descaradamente del esfuerzo de su compañero de escapada Jean Claude Bagot. Es el triunfo más pírrico que recuerdo en el ciclismo. Las grandes carreras y los grandes corredores no se merecen eso y Sagan lo es.
Creo que el problema (por decir algo) de Sagan sigue siendo su juventud, a veces por inexperiencia y otras por falta de un punto de resistencia. Con 23 años es normal. En las carreras en las que el esfuerzo se lleva al último extremo ese puntito se nota. Le ocurrió en la Tirreno en la etapa de Chieti (230 kilómetros). Se quedó vacío. Hoy no ha reventado pero le ha faltado algo de reserva para seguir a Cancellara, del que ya nadie dice nada de aquel tonto rumor que sacaron sobre el motor que llevaba en la bicicleta. El motor lo lleva puesto y es de gran cilindrada.
Su victoria no merece ninguna sombra y por ello decir que Sagan no ha ganado la carrera por los relevos que le ha dado a Cancellara me parece un insulto a su superioridad. Cancellara hoy era insuperable. Así de sencillo. Me gustaría que algún fisiólogo o los ingenieros de SRM que todo lo miden, midieran el cansancio que ha acumulado Sagan por los relevos que ha dado a Cancellara, que cuantificarán ese porcentaje que ha dejado de recuperar y lo compararan con la diferencia que ha sacado el suizo al eslovaco en 13 kilómetros. Creo que la superioridad de Cancellara ha sido infinita. Yo he hecho un ejercicio más sencillo. Según se ha visto en la televisión Sagan sólo ha dado cuatro relevos en los cuatro kilómetros que hay entre el Oude Kwaremont y el Paterberg, el nuevo Muur de la carrera. Cuatro, y todos ellos en terreno favorable. Además, hay una gran diferencia entre dar relevos y pasar en cabeza. Se ve claramente que todo el peso de la escapada ha ido a cargo del suizo, y Sagan no ha estado ni en intensidad ni en distancia a la altura de su contrincante, cosa lógica por otra parte. En cambio, Cancellara ha sacado nada más y nada menos que un minuto y 27 segundos en 13 kilómetros, o sea, casi siete segundos por kilómetro. Una barbaridad, vamos. No cuatro, hubiera necesitado cuarenta kilómetros de ir a rueda para ponerse a su altura.
Al margen del estudio meramente fisiológico del desarrollo de la carrera, también está el análisis moral. Estoy de acuerdo en que desde el punto de vista estrictamente profesional Sagan no tenía que haber dado relevos a Cancellara para así intentar equilibrar las fuerzas, ha sido un error. Pero desde un punto de vista más moral o romántico de lo que suponen estas carreras, es obligación de todos colaborar en la empresa común. Lo hacen prácticamente todos, y el último ejemplo se vio el domingo pasado en la Gante-Wevelgem. Todo el mundo sabía que Sagan era el más rápido, pero todos entraban a los relevos. Creo que de ganar esas carreras hay que hacerlo a lo grande, como se merecen su historia y los aficionados. No concibo ganar un monumento por racanería. Se lo oí a un comentarista de una cadena internacional “dar relevos es de campeones”. Estoy de acuerdo. No quizá tirar a bloque, pero tampoco vivir a cuenta de otros. Prefiero perder con dignidad, a ganar por tacañería. Recuerdo una victoria de Ángel José Sarrapio en el Tour de Francia de 1986 en la que se aprovechó descaradamente del esfuerzo de su compañero de escapada Jean Claude Bagot. Es el triunfo más pírrico que recuerdo en el ciclismo. Las grandes carreras y los grandes corredores no se merecen eso y Sagan lo es.
Creo que el problema (por decir algo) de Sagan sigue siendo su juventud, a veces por inexperiencia y otras por falta de un punto de resistencia. Con 23 años es normal. En las carreras en las que el esfuerzo se lleva al último extremo ese puntito se nota. Le ocurrió en la Tirreno en la etapa de Chieti (230 kilómetros). Se quedó vacío. Hoy no ha reventado pero le ha faltado algo de reserva para seguir a Cancellara, del que ya nadie dice nada de aquel tonto rumor que sacaron sobre el motor que llevaba en la bicicleta. El motor lo lleva puesto y es de gran cilindrada.
Totalmente de acuerdo josemarguia
ResponderEliminar